La política Zero Waste se ha convertido en la mejor solución para paliar el problema de la generación de residuos por parte del sector del embalaje. Esta política, que mantiene la economía circular como centro, utiliza la prevención de residuos como pilar y rediseña nuevos ciclos de vida para los recursos, como la reutilización y el reciclaje.
En relación al embalaje, debe funcionar sobre cinco pilares:
- Economía circular. No sólo reducen los residuos, sino que fomentan la relación empresa consumidor y son rentables económicamente.
- Innovación tecnológica y digitalización. Los avances tecnológicos permiten, por ejemplo, la creación de embalajes específicos que prolonguen la vida de los productos.
- Normas y regulaciones. Aceleran los procesos y obligan a las empresas a acelerarlos.
- Conciencia del consumidor. Esta política no tendría sentido si la población no acompañase el movimiento.
- Materiales alternativos. Se utilizan y crean materiales más sostenibles, que permiten su compostaje, reutilización o reciclaje.
Sólo si, tanto las empresas como los consumidores, somos capaces de ser fieles a estas cinco columnas con el objetivo Zero Waste, podremos llegar a un futuro con productos totalmente reciclados y reciclables y sin contenido de plástico.