21 brotes y 357 afectados de intoxicaciones alimentarias en 2017

El año pasado se detectaron 21 brotes alimentarios que afectaron a un total de 357 personas, 59 de las cuales necesitaron ingreso hospitalario. La mayoría de casos se detectó en empresas alimentarias de restauración colectiva, correspondiente a un 0,1% de los establecimientos de Baleares.

La salmonelosis fue la causa más común en bares y restaurantes, seguida por la histamina, una toxina que se produce por una declaración bacteriana surgida por una deficiencia higiénica. Otros patógenos causantes de intoxicación alimentaria fueron el campylobacter y la hepatitis A, que se presentó en un único caso después de que un bar del centro de Palma infectara a medio centenar de clientes por la falta de higiene del cocinero cuando manipulaba alimentos.

Lavarse las manos es clave para evitar los brotes de alimentación, además de contar con una buena conservación de alimentos, bien cocinados y conservados. Aunque los casos en Mallorca bajaron, en las otras islas aumentaron su incidencia. De esta manera, de los 21 brotes detectados en 2017, 13 corresponden a Mallorca (cinco menos que en 2016), 2 en Menorca (uno más que en 2016) y 6 en Ibiza y Formentera (tres más que en 2016).

Desde el 2012 ha habido un aumento de brotes: del 2012 al 2016 se detectaron 55 brotes y en el período del 2013 al 2017 hubo 85. Seguridad Alimentaria cree que este aumento se debe al aumento de establecimientos de restauración colectiva, que es donde normalmente se detectan el origen de los brotes. Sin embargo, el número de inspectores incluso ha disminuido.

En ocasiones el origen no es un restaurante, sino un minorista o en un hogar, aunque en este último es más difícil de detectar porque no se notifica. Ello significa que los hogares no están exentos de estos problemas. La baja notificación esconde un problema real en las cocinas particulares y siempre se debe a una falta de higiene.