CLIQIB sigue trabajando para optimizar la gestión del agua y plásticos en Baleares

El sector químico de las Islas Baleares, representado por el clúster CLIQIB, apuesta por aportar tecnología innovadora al turismo con el objetivo de avanzar hacia el residuo cero en plástico en los hoteles y una reducción importante del gasto hídrico en la comunidad.

Respecto a los plásticos, debemos tener en cuenta que ya hemos participado activamente en la implementación de la Llei 8/2019, de 19 de febrer, de residus i sòls contaminats de les Illes Balears con la eliminación de los plásticos de un solo uso o “single use plastics” – también conocidos por su acrónimo en inglés SUP’s-, que implica su eliminación completa o sustitución por otros materiales permitidos.

A pesar de ello, hemos visto que el porcentaje en peso del total de plásticos que entran en los hoteles se debe en un 80% a envases y embalajes (principalmente de envases alimentarios, de productos de limpieza y sobreembalajes de los bultos). Los SUP’s, que tienen una elevada posibilidad de diseminación y contaminación, y que por ello se encuentran en el centro de la normativa, representan poco peso en total. Varias entidades como Save The Med, han documentado estas afirmaciones de forma científica y rigurosa.

En este contexto, las empresas de CLIQIB apuestan por la progresiva incorporación de sistemas de dosificación automáticos que permitan la reutilización de los envases de los productos de limpieza, consiguiendo de esta forma que todo el plástico que se introduce en el hotel derivado de esta función, vuelva a salir, sea reutilizado y, al final de su vida útil, pueda ser reciclado para dar lugar a nuevos envases o convertirse en materia prima para otras aplicaciones.

En los escenarios en los que esta operativa no sea posible, cabe la posibilidad de introducir sistemas de dosificación basados en nuevos contenedores de cartón y plástico en bolsa (los llamados “bag-in-box”), que consiguen reducciones totales en peso de plástico cercanas al 80%.

Respecto a la gestión del agua, conviene señalar que, a día de hoy, faltan datos, ya que la mayoría de hoteles no dispone de una “contabilidad” del agua que se emplea en las diferentes secciones: habitaciones, lavandería, cocina, piscina, jardín, etc.

Sensorizar estos consumos sería el primer paso para una toma de decisiones más inteligente. Existen secciones cuyo “recorrido” de mejora es muy limitado, ya que han realizado las inversiones más sencillas y económicas, como el doble pulsador en los inodoros, mientras que en otras secciones todavía cabe la posibilidad de aplicar tecnologías más innovadoras que puedan generar importantes niveles de ahorro.

Por poner un ejemplo, que ya hemos explicado en diversos foros, en Baleares encontramos una cifra cercana a las 2.500 piscinas públicas, entre turísticas y deportivas. CLIQIB analizó una muestra de 500 de ellas y determinó que el volumen medio se encontraba en torno a los 260m3 de capacidad, lo que significa que llenarlas de agua, a los precios de hoy en día, estaría cerca de los 2 millones de euros.

Si además tenemos en cuenta que, según se desprende de varios estudios de la UIB, las piscinas pierden un 1,5% de su volumen diariamente a causa de la evaporación, y tal y como comprobó un estudio de CLIQIB a partir de una muestra de 50 piscinas turísticas y deportivas, el lavado de filtros consume entre un 8% y un 10% de media en función de los sistemas de tratamiento, esto significa que, para una temporada de siete meses, estamos gastando unos 60 millones de euros en este procedimiento.

Estamos convencidos de que, con la aplicación de tecnologías más innovadoras, se puede reducir este porcentaje derivado del lavado de filtros a la mitad o más, con lo que podríamos ahorrar a nivel de comunidad unos 30 millones de euros en agua potable. Para cobrar conciencia de la magnitud de la que hablamos, sería una cantidad cercana a los 13 hectómetros cúbicos, o el equivalente a la capacidad del Gorg Blau y de Cúber juntos.

¿Cómo encajan estas afirmaciones con la aplicación de políticas de sostenibilidad y circularidad en el turismo? CLIQIB, al igual que otros actores de la cadena de valor del turismo, plantea que deberíamos actuar como ecosistema, es decir, combinando las actuaciones de las administraciones competentes con las de los proveedores del suministro de agua y con la oferta tecnológica que representan las empresas del clúster.

Ejemplos de dicha coordinación, que estimamos necesaria, serían las actuaciones en las redes de distribución públicas para reducir sus pérdidas (Artà, por ejemplo ha sensorizado su red de suministro con la ayuda de una empresa asociada al clúster, obteniendo información muy valiosa), o la mejora de la calidad del agua de suministro, lo que permitiría la eliminación de la gran cantidad de equipos de descalcificación existentes, y por tanto, sus vertidos de agua de rechazo.

Un caso de éxito en ejecución en este ámbito es el proyecto “WATSAVEREUSE”, financiado por fondos europeos del programa LIFE+, en el que participa CLIQIB, junto a la AETIB y ABAQUA, y otros seis socios europeos. Este proyecto realiza una valoración del impacto de las campañas de concienciación y sensibilización para el ahorro de agua en las regiones de Balears, Catalunya y Occitània, además de facilitar unas guías de buenas prácticas y un repositorio de tecnologías de reducción y reutilización del agua en el turismo. (para más información: https://lifewatsavereuse.eu/ca/benvinguts/ )

Para finalizar, reiterar el compromiso de CLIQIB con la apuesta por la digitalización de los procesos para obtener mejores datos de forma que se optimice todo el potencial de la inteligencia artificial y la automatización de la industria, tanto en su aplicación al campo de la higiene en el turismo, como en la gestión del agua. Así, entre todos podemos lograr la anhelada reducción de la huella de carbono al mismo tiempo que mantenemos los elevados estándares de calidad e higiene que nos han llevado a destacar a nivel internacional de la mano de las cadenas hoteleras de las islas.

La apuesta de CLIQIB es una apuesta por la reindustrialización local, con una visión estratégica global, la potenciación de las acciones de kilómetro cero, y la preservación de nuestro mayor valor, el territorio.