Las piscinas representan un 0,5% del consumo de agua, frente al 25% de pérdidas de la red pública o el 25% del uso turístico de consumo urbano. Las empresas del CLIQIB cuentan con soluciones para reducir estos porcentajes
El CLIQIB se sumó a la celebración del Día Mundial del Agua reivindicando el uso de tecnologías innovadoras que permiten mejorar la gestión del agua en Baleares.
En un contexto generalizado de carencia de lluvias, de aumento de la demanda y de posibles restricciones, la tecnología aplicada al ciclo del agua permite actuar, tanto desde la reducción de la demanda como desde la gestión de la oferta. Actualmente las fugas de agua a través de las canalizaciones representan un 25% y sólo se está utilizando el 31% de la capacidad de las desaladoras. Si se aprovechara toda el agua de la que disponemos – ya sea extraída o producida- y la calidad del agua proporcionada fuera óptima, no serían necesarias las restricciones, no se perdería agua de desecho y mejoraría la capacidad de los acuíferos.
Por eso el CLIQIB pide más inversión y apoyo público en la innovación del ciclo del agua y hace un llamamiento a las empresas turísticas a trabajar con los profesionales de la industria para mejorar sus
instalaciones.
El agua que consumimos
La mayoría del agua que aprovisiona Baleares proviene de los acuíferos (un 76,1%), seguido de las depuradoras (un 13,5%), de las desaladoras (un 7,2%) y de los embalses (3,2%).
El principal consumidor es el urbano, que representa el 54%, seguido del sector agrario (22%), de las viviendas aisladas (14%), campos de golf (4%), sector industrial (3%) y riegos de parque y jardines (3%). Son datos del Plan hidrológico balear 2013-2018.
¿Son las piscinas un problema?
En algunas zonas se han empezado a poner restricciones en el uso de las piscinas.
En Baleares hay más de 72.000 piscinas particulares y más de 3.700 públicas, de las cuales unas 2.100
son turísticas. El consumo de agua de piscinas representa menos del 0,5% del total suministrado, mientras que el turismo supone sólo el 12,7% del total suministrado y aproximadamente el 25% del consumo urbano.
Las piscinas son unas de las instalaciones más eficientes en términos de ahorro de agua, ya que cuentan con un circuito cerrado donde el agua recircula para limpiarse, lo que permite que se pueda mantener durante largos períodos de tiempo. La renovación de agua en las piscinas turísticas es de menos de 1 hm3 por temporada, una cifra que puede reducirse si se aplican soluciones a la evaporación ya la limpieza de filtros, entre otros. Es por eso que el CLIQIB hace un llamamiento a las empresas turísticas, a los particulares ya las administraciones públicas mejorar sus instalaciones para aumentar la eficiencia en el ciclo del agua.
En el mismo sentido, el CLIQIB pide a Gobierno, consejos y ayuntamientos, implicados en el ciclo de
el agua tomar decisiones basadas en datos reales. Las piscinas consumen muy poca agua y prohibirlas
su uso y restringirlo no tendrá efectos positivos significativos.